"Mi hijo no come nada"


 "Mi hijo no come nada"



Para entrar en contexto abordé los beneficios de un parto natural, de la no separación de la madre y el niño en casi ninguna circunstancia (contacto piel a piel), lo que influía en el éxito de la Lactancia materna exclusiva como acto determinante de la disminución de enfermedades y pobres hábitos de crianza en la familia, lo que redundará en múltiples preocupaciones de padres o cuidadores, al inicio, y trastornos de conducta o hábitos (claro muchas veces creados sin querer por nosotros) de los más vulnerables: nuestros niños.

 Me pregunté siempre como abordar el tema que voy a tratar: “Mi hijo no come nada”. 

El punto es que si el niño no come, no estaría vivo y tan vivo como lo ven sus progenitores (buscando otra cosa que hacer, queriendo bajarse de la silla a como dé lugar, corriendo por toda la casa, jugando, haciendo berrinches, etc.); cual sería la contra respuesta a las preguntas de los padres:

  1. Peroooo “…él toma su leche por eso no tiene hambre…”, pues si no le damos se desnutriría; algunos padres acaban dando a sus niños 50 a 60 onzas de leche al día, es decir 1.5 a 2 litros, esos son los niños que probablemente estén dentro de su peso u a veces obesos, reemplazando la comida por la leche. Son aquellos cuyos padres terminan dándole golosinas o comida “chatarra”, lácteos u otros líquidos, o comidas como arroz con huevo frito y, papas fritas, menos lo que la familia consume, o peor aún, lo que la familia está acostumbrada a consumir.
  2. Otros responden: ………. realmente no come nada, come dos cucharitas y ya, y no quiere tomar ni el biberón. Estos padres estarían en gran problema; y lo que aumenta su preocupación es cuando van a la consulta de control del niño sano (realizada por enfermeras, obstetras, técnicos y también personal médico) y le dicen, pero señora que mala madre que es usted, como tiene a sus niños así, les falta dos centímetros y tiene que subir de peso también, o están desnutridos, y acaban mandándola al nutricionista y al pediatra.

La nutricionista le da una lista tan larga de alimentos como la del supermercado de fin de semana, indicándole, casi exigiéndole la cantidad que debe comer y las cosas que debe comer; pero cuando la madre le repregunta y como hago para que se coma todo eso, o hay un silencio largo (como decir …….ve tú como lo haces), o un distráelo con algo videos, música, televisión dele juguetes, o paséalo alrededor de la mesa, etc.

 Luego acaban en el pediatra, quien le pide todos los exámenes que pueda e infaltablemente los de heces, buscando parásitos, y si es en un laboratorio donde salen todos positivos……mucho mejor; he visto a madres que han realizado más de 10 análisis de parásitos intentando sino rogando que alguno  salga positivo para terminar con el martirio de que su hijo no come. Y que va de las vitaminas, combinan las vitaminas y el antiparasitario para que el parásito muera feliz; luego de un tiempo todo sigue igual y aún peor.

 Como hemos visto hay diferentes puntos de vista entre los padres y madres, así como hay diferentes puntos de vista entre personal médico. Intentaré ayudar a las madres y también al personal de salud, en esta que es una de las preocupaciones más frecuentes no solo de la consulta en salud, sino en cualquier reunión social que tengan como padres, incluso algunas madres tildan de malos momentos de la semana, al hecho de que su hijo no quiso comer.



Iniciaremos indicando que cualquier evaluación debe ir acompañada de una historia adecuada: que le tiene que pedir el evaluador….y ¿qué tiene que llevar la mamá a la consulta?, simplemente la tarjeta de nacimiento y crecimiento (pesos y tallas de todos los meses de evaluación desde el nacimiento), con esto sabremos cual es la línea de crecimiento de un bebé y que desviación estandar (línea de crecimiento) heredaron de sus padres (talla genética u objetivo). 

La pregunta que hizo mi buen amigo Luis fue: “……….los niños que no reciben leches de fórmula infantil o suplementos infantiles, ¿están en desventaja por no hacerlo?……..”. la respuesta va a continuación.

Todo niño tiene una talla genética u objetivo, la cual es dada por los padres o su generación, por esa razón hay diferentes percentiles o desviaciones estandar (lineas o curvas de crecimiento), todos tienen su percentil, todos no tiene que estar en el percentil 50 (es decir en la línea de la mitad), es como lo explico, si yo tuviera dos mascotas, es decir un can pastor alemán y un chihuahua, aunque le diera de comer el mismo volumen y la misma calidad de comida o más no voy a lograr que el chihuahua crezca como el pastor alemán. Si ingresa a mi consulta una madre de 1 metro 80 cm. Y un padre de 2 metros y su hijo está en el percentil 85 ó 90 (es decir en las curvas más altas) como hago que el hijo esté en la mitad, lo golpeo con un partillo o con una prensa, o le doy una pastilla de chiquitolina. ...... Nooo, verdad; y si entra una madre de 150 y un padre de 160, y su hijo está en el percentil 20 (es decir en una de las curvas por debajo de la curva media); como lo estiraría: ¿Halándolo como a Túpac Amaru?, eso es imposible. Es por eso que cuando van las madres al control de niño sano son bombardeadas de mitos y leyendas, diciéndole que su bebé debe estar en la mitad de las curvas (percentil 50) y que no existe una talla genética los 5 primeros años, y que le dé más alimento a como dé lugar, y allí comienza el martirio para el niño, la madre, el padre (a veces), la abuela, etc.; pero mucho más para el niño.

 El crecimiento del niño (talla), no se debe comparar con el crecimiento del sobrino, del compañero, del vecino; nooooooo, debe compararse con la evolución de su crecimiento, con su propia curva, con la linealidad de su crecimiento (con su línea o percentil)- esa es la razón primordial del control de niño sano y del seguimiento del niño.

Claro hay ciertas características o riesgos que afectan el crecimiento adecuado de un niño: el peso al nacer (peso bajo) a veces, la prematuridad (mientras más prematuro más riesgo), las enfermedades (acidosis tubular renal, enfermedades endocrinológicas, metabólicas) que son muy pocas, pero hay que tenerlas en cuenta, la mala alimentación (que se ve reflejada en la pobreza y extrema pobreza, y en el pobre nivel educativo de la madre). Por eso es indispensable tomar una buena historia clínica.

Con esto acabo; el niño desde su nacimiento debe elegir la cantidad de la comida (el cuanto); los padres el resto, y ¿qué es el resto?, la calidad (¿Qué?), las horas (¿Cuando?), y el lugar (¿Dónde?).

¿Qué le doy?.............. La mayoría de padres (que no esten en pobreza, ni pobreza extrema) a los que le llegará esta comunicación, sabemos que debemos darles carnes (de todo tipo) cereales (arroz, trigo, quinua, etc.), leguminosas (menestras), tubérculos (papa, camote, yuca, etc.), Verduras y frutas. Claro y lácteos a partir del año de edad. No hay más.

¿Cuándo?..........los niños deben acostumbrarse a comer con los padres, a las horas que comen los padres o intentarlo los que puedan, o a sus horas; les explico si un niño se sienta a comer a la mesa lo hace solo hasta que la barriga de papá y mamá estén llenos (máximo 30 minutos), si no comieron nada esperará a la siguiente toma, dependiendo de la edad dos a cuatro horas después y entre ese tiempo no darle nada, si desean algo le dan agua, así aprenderán que hay horas para comer y son para comer (no para exigirles, premiarlos, castigarlos o fastidiarlos), y el tiempo de estar sentados en la mesa también es importante. He visto padres dando de comer a sus hijos a la salida del kínder, o al recoger a sus hermanos mayores de la escuela, con su táper de comida y al preguntarle porque le da allí me responde: “mire doctor como aquí si come”, esta madre pasó ya por todos los “trucos” (distracciones) y ya no le quedan más, buscó uno que le funcionó momentáneamente. Este último ejemplo es el ¿Dónde?. Los niños deben comer en la mesa de comer y solo en ella, no alrededor de la mesa, no en la sala viendo televisión, no en su cuarto, no en el jardín, eso se llama control, es decir los que controlan la situación allí deben ser los padres, el niño debe quedarse en la mesa hasta que termine la hora de comer (hasta que la barriga de papá y mamá estén llenas), no hasta que acaben sus platos. El niño debe ser independiente en su alimentación (comer con sus medios)

Hay niños que van muy bien en su curva hasta los 5 a 6 meses, llegando a los 7 meses a 12 meses no suben lo que deben subir y llegan a estar en la línea más baja de peso, luego de haber estado en la mitad o por encima de ésta, la mayoría de estos niños tuvieron que pasar por todo lo ya descrito, acabando con anorexia infantil (por debajo de los percentiles 3 por más de dos meses, sin ninguna enfermedad orgánica).

El cambiar de conductas en la alimentación, toma algún tiempo, y es un trabajo conjunto, todos los miembros de la familia deben estar de acuerdo y hacer lo mismo sino no funcionará y así los niños estarán verdaderamente confundidos un tiempo, porque nadie los puede salvar, hasta que se adapten a las nuevas conductas alimentarias de la familia.

Así que intenten no exigir ni distraer, ni mucho menos castigar ni premiar a sus hijos para que coman la cantidad que ustedes quieren; solo edúquenlos en permanecer en la mesa hasta que acabe la hora de comer, a comer a las horas elegidas por los padres (orden), y a comer en la mesa, en ninguna otra parte.

Espero que haya puesto el problema en discusión, y sembrado el interés de los padres para investigar sobre el tema.

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